Todos tenemos leche en casa: ya sea como ingrediente de cocina, para desayunar, para merendar, sola o en el café o el té, es un alimento que forma parte de nuestra cultura de manera insustituible. Pero ¿sabías que la leche también puede aportar todo tipo de beneficios a tus amigas verdes? Leche para las plantas: esto es todo lo que tienes que saber.
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Beneficios de la leche para las plantas
La leche que bebemos a diario tiene una gran cantidad de beneficios que aportar a tus plantas, sin importar si se trata de pequeñas macetas o de espacios exteriores. Se trata de un remedio ecológico y muy efectivo contra los hongos, además de un excelente fertilizante natural y un gran producto para limpiar tanto las hojas de las plantas como las herramientas de poda.
Eso sí, cada uno de estos usos necesita de una aplicación y concentración diferente de leche: es importante respetar las cantidades y proporciones porque en el mundo de la jardinería, más no siempre no siempre es mejor.
Además, la buena noticia es que no tienes que quedarte sin leche para el café para usarla en tus macetas: si tienes leche caducada, tus plantas no notarán la diferencia. Es una forma ecológica de darle uso a esa leche que ya no puedes tomar sin necesidad de desperdiciarla.
Leche como fungicida
Hacer fungicida con leche es uno de sus usos más habituales y socorridos en el jardín o con tus macetas. Las propiedades antifúngicas naturales de la leche la hacen uno de los remedios ecológicos más efectivos en la lucha contra los hongos. Resulta especialmente efectiva contra el oídio, un habitual de los meses cálidos que aparece en forma de manchas con aspecto de ceniza en las hojas.
El fungicida casero con leche es tan efectivo como el azufre y los sintéticos para luchar contra el oídio, y puedes elaborarlo con esta sencilla mezcla en tu pulverizador:
10 partes de agua y 1 parte de leche
Puedes usar esta mezcla para rociar tus plantas cada 15 días, prestando atención a mojar bien tanto el dorso como el envés de las hojas, además de las otras partes de la planta. Esta mezcla actúa como método preventivo, evitando que las esporas de los hongos se desarrollen y ataquen a las plantas.
Si tus plantas ya tienen manchas de oídio con su aspecto de polvillo grisáceo tendrás que aumentar la concentración al doble, 5 partes de agua y 1 parte de leche, y rociar a diario durante 3 días consecutivos.
También puedes utilizar leche como fungicida contra el Diclocarpon rosae, otro hongo que ataca los rosales y las plantas de su familia dejando unas manchas negras muy características. En este caso necesitarás una concentración mayor: 2 partes de agua y 1 parte de leche, y rociar una vez a la semana con ella.
Leche como fertilizante
Otro uso ideal para ese brick de leche caducada en tu frigo es como fertilizante de suelo. Si tienes un espacio de jardín o huerto que regar, o una jardinera de buen tamaño, puedes mezclar 1 parte de leche por cada 4 partes de agua y regar con la mezcla una vez cada 3 meses en primavera y verano.
Esta mezcla favorece la población de microorganismos beneficiosos en la tierra, protegiendo a las plantas contra enfermedades y plagas y dándoles un mayor aporte de nutrientes.
Leche para desinfectar herramientas de poda
Lo ideal es utilizar siempre alcohol o desinfectante específico para las herramientas de poda y jardinería, pero en caso de emergencia y si la situación te pilla sin alcohol a mano, puedes utilizar leche.
Moja directamente el filo de las herramientas con un poco de leche y espárcela con un paño para eliminar los hongos o bacterias que pueden estar presentes. Es muy importante no podar nunca con herramientas sin desinfectar y desinfectarlas de nuevo al cambiar de una planta a otra. Así, evitas que se contagien posibles enfermedades que puedan no ser visibles aún.
